martes, 12 de octubre de 2010

[Elizondo:1058] Encuentro de dos mundos

Encuentro de dos mundos

En conmemoración del descubrimiento de América hecho por Cristóbal Colón en 1492, en México, al igual que en la mayoría de las naciones hispanohablantes, se oficializó en 1929, por iniciativa de José Vasconcelos, el 12 de octubre como el Día de la Raza para unir a los pueblos que comparten origen, lengua y religión como resultado del mestizaje dado entre colonizadores y nativos, confirmando de este modo el vínculo significativo que quedó establecido para siempre entre el Viejo y el Nuevo Mundo después de que Rodrigo de Triana avistara el archipiélago de las Lucayas.


Todos los años, el día 12 de octubre se celebra el antes llamado Día de la Raza en Iberoamérica, fecha en la cual se conmemora la llegada de Cristóbal Colón a las costas del continente Americano en el año 1492 .

A partir de 1992, las celebraciones oficiales del Quinto Centenario del Día de la Raza desataron discusiones y protestas indígenas que obligaron a cambiar la idea del "descubrimiento de América" por la del "encuentro de dos mundos".

Junto con esta modificación, el Día de la Raza fue rebautizado para dar cuenta de esta demanda. Ahora en distintos países, desde Chile hasta Canadá, pasando por Venezuela, Ecuador, Bolivia, México y Centroamérica, el día 12 de octubre se ha convertido en una jornada en la que los pueblos indígenas reivindican su pluralidad cultural y étnica, e intentan acabar con los prejuicios que pretenden justificar la opresión en la que viven. La lucha de los indígenas muestra que la dominación cultural es un proceso aún inconcluso y los conflictos que de ella resultaron siguen vivos y abiertos a múltiples soluciones.

Pero, ¿de dónde vienen estos prejuicios? ¿Desde cuándo se empieza a construir una visión de los indígenas como pueblos incivilizados?

 
 
 

El encuentro de dos mundos
Cuando los europeos arribaron al continente Americano se enfrentaron ante la existencia de un Nuevo Mundo. No es difícil pensar en la curiosidad y el miedo que sintieron ante lo extraño, y la enorme cantidad de preguntas que surgieron frente a la existencia de pueblos desconocidos: ¿quiénes eran aquellos hombres? ¿Por qué y cómo estaban allí?


Para responder a estas preguntas fueron de vital importancia las noticias que enviaban los exploradores y conquistadores sobre los hombres americanos. Entre éstas destacan las narraciones de Cristóbal Colón sobre sus viajes y descubrimientos . A través de las narraciones que hace el marinero genovés, es posible tratar de entender no sólo al hombre que está escribiendo estos relatos sino también al tiempo en el que vive, es decir, a las circunstancias históricas, sociales, económicas y culturales que condicionan sus juicios y acciones y las de otros hombres sobre los pueblos conquistados. El individuo, parafraseando al historiador inglés Edward Carr, es producto a la vez que portavoz consciente o inconsciente de la sociedad a la que pertenece y en concepto de tal se enfrenta a los hechos.

Partiendo de la lectura del libro Cristóbal Colón, Los cuatro viajes: Testamento intentaremos sumergirnos en un momento único de la historia, aquél del encuentro entre los europeos y los indígenas. Conscientes de la vastedad del tema, nos centraremos en un aspecto específico que influyó en las ideas de Colón sobre los indígenas americanos: se trata del significado que tuvo la desnudez de los indios para el Almirante.

En los juicios de Cristóbal Colón sobre este aspecto que tanta conmoción le causó, se esconde una visión del mundo sobre la cual vale la pena reflexionar.
 
La desnudez: símbolo de inferioridad
En la primera mención que hace Colón sobre los indígenas destaca el hecho de que no llevaban consigo vestimenta alguna: "luego vinieron gente desnuda…" 1 No es difícil entender el asombro de Colón ante este hecho si pensamos en las costumbres y los valores de la cultura europea del siglo XV. Lo anterior tiene que ver con una serie de valores morales que son parte de la tradición judeo-cristiana de la que indudablemente son herederas las culturas de Occidente. Sin embargo, lo que hay que destacar es que para Colón el hecho de que los indígenas estuvieran desnudos "como su madre los parió", según escribió, constituía una diferencia entre españoles e indios que daba cuenta de la falta de civilización de estos últimos y en consecuencia de su inferioridad.

Así, la imagen que Colón se va formando de los indígenas parte fundamentalmente de aquello que no tienen. La ausencia es parte fundamental de sus descripciones: "Me pareció que era gente muy pobre de todo […] Me pareció que ninguna secta tenían […] Esta gente muy mansa y muy temerosa, desnuda como dicho tengo, sin armas y sin ley". 2

 

Bajo la visión cristiana de Colón, el hecho de que los indígenas no tuvieran vestimenta significaba que, dentro de la jerarquía cristiana , los indios estaban más cerca de la naturaleza que de la civilización. De ahí que los retratos que Colón hace sobre los nativos americanos en muchas ocasiones se asemejen a sus descripciones de la naturaleza: Colón decide contemplarlo todo, y la belleza física en primer lugar. A menudo sus observaciones se limitan llanamente al aspecto físico de la gente, su estatura, el color de su piel, la hermosura de sus cuerpos, y en algunas ocasiones, incluso traza similitudes entre animales y algún aspecto físico de los indígenas:

"Luego que amaneció, vinieron a la playa muchos d'estos hombres, todos mancebos, como dicho tengo, y todos de buena estatura, gente muy fermosa; los cabellos no crespos, salvo corredíos y gruesos como sedas de cavallo, y todos de la frente a la cabeca muy ancha, más que otra generación que fasta aquí aya visto; y los ojos muy fermosos y no pequeños; y ellos ninguno prieto, salvo de la color de los canarios […] Las piernas muy derechas, todas a una mano, y no barriga, salvo muy bien hecha.3
 


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1 Vid , Colón, Cristóbal: Los cuatro viajes. Testamento , p.63.
2 Ibídem , p.63, 89, 111.
<3 Ibídem, p.63 
 
 

Por otra parte, la desnudez constituía, junto con otras características, un rasgo en el que Colón se basaba para argumentar que todos los indígenas hallados se parecían entre sí: "La gente toda era una con los otros ya dichos, de las mismas condiciones, y así desnudos y de la misma estatura…" 4

No podemos juzgar a Colón por no tratar de comprender las diferencias culturales de los distintos pueblos indígenas con los cuales se encontró en sus viajes al continente Americano. Eso sería tratar de imponerle características que hoy en día identificamos con el papel de un descubridor. Sin embargo, el propósito de Colón durante sus viajes no era ampliar el conocimiento sobre los distintos pueblos encontrados, en realidad tenía un doble objetivo: llegar a Asia, al Catay y a la India por una nueva vía nunca antes transitada para encontrar riquezas, oro en especial, y, al mismo tiempo, una vez estando en Oriente, convertir a sus moradores al cristianismo, según lo señala en el diario que escribió durante su primer viaje:
"[…] y Vuestras Altezas, como católicos cristianos y príncipes amadores fr la sancta fe cristiana y acrecentadores d'ella […], pensaron en enviarme a mi, Cristóbal Colón, a las dichas partidas de la India para ver los dichos príncipes y los pueblos y las tierras y la disposición d'ellas y de todo, de la manera que se pudiera tener para la conversión d'ellas a nuestra sancta fe…" 5
 
 
Al combinar las ideas y categorías conceptuales que Colón y los exploradores del Viejo Mundo traían consigo desde Europa con lo que observaron en las islas del Caribe, Colón construyó desde su primer viaje dos visiones sobre los indígenas: por un lado, 'los buenos salvajes', hermosos, inocentes e indefensos que eran objetos fáciles de dominación; por el otro, 'los malos salvajes', agresivos, feos y caníbales que debían ser sometidos por la fuerza y salvados de la perdición de sus propias costumbres.
 
Estas dos posturas contradictorias pueden ser entendidas si aceptamos que ambas descansan sobre una base común: el desconocimiento de los indígenas y la negación a admitirlos como sujetos que tienen los mismos derechos, pero que, sin embargo, son diferentes. En palabras de Tzvetan Todorov: "Colón ha descubierto América pero no a los americanos. Toda la historia del descubrimiento de América lleva la marca de esta ambigüedad: la alteridad humana se revela y se niega a la vez." 6
De esta forma, el encuentro de dos culturas y el significado que adquirió la desnudez de los indígenas en el imaginario español, dan cuenta de la imposición de un mundo sobre otro. Los españoles llegaron al nuevo continente e impusieron sus categorías sobre la realidad que iban descubriendo. Ellos inventaron América porque crearon un mundo ficticio aplicando de manera inmediata sus paradigmas a las realidades radicalmente nuevas que encontraron. Desde que Colón llegó a América y hasta el día de su muerte pensó que lo que había descubierto era la otra vía para llegar al continente asiático, nunca cuestionó sus conocimientos ni puso en duda su fe en la palabra revelada.
 
 
A quinientos años del encuentro
La historia de la llegada de Colón a América y el encuentro de los europeos con los americanos es un relato que da cuenta de un proceso que no es tan lejano como algunos podrían pensar. Sin duda, los procesos de conquista y colonización que implican la imposición de una cultura sobre otra han sido recurrentes a lo largo de la historia mundial. Y, aún ahora, a inicios del siglo XXI, a pesar de que los métodos de conquista han cambiado, seguimos siendo testigos de imposiciones y discriminaciones basadas en el desconocimiento y el rechazo a las diferencias.
 
Las guerras interétnicas, los conflictos derivados de múltiples nacionalismos y el reclamo constante de diferentes minorías que exigen el respeto a la diversidad cultural, entre otros aspectos, son testimonio del mundo multicultural y plural en el que vivimos y ponen en evidencia la necesidad de establecer en el escenario social políticas e instituciones más plurales y, en el ámbito individual, reclama de cada individuo una reflexión constante y crítica sobre la forma como nos comportamos frente al "otro" y de la importancia que tiene respetar y celebrar las diferencias.
Ahora recomendamos que lea el artículo " Los pueblos indígenas en América latina hoy ".
 
 
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4 Ibídem , p. 72
5 Ibídem , p.44
6 Vid , Todorov, Tzvetan, La Conquista de América. El problema del otro .
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Fuentes:
Carr, Edward: ¿Qué es la historia? México, Editorial Ariel, 1997.
Colón, Cristóbal: Los cuatro viajes. Testamento . Madrid, Alianza Editorial, 1999.
Iglesias, Ramón: El Hombre Colón y otros ensayos . México, Fondo de Cultura Económica, 1994.
Todorov, Tzvetan: La Conquista de América. El problema del otro , México, Siglo XXI, 1997.
 

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(desde mi WebMail)

Benicio Samuel Sanchez
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"Haz tu Arbol Genealogico...El Arbol mas Hermoso de la Creacion"


Por medio de la historia familiar descubrimos el árbol más hermoso de la creación: nuestro árbol genealógico. Sus numerosas raíces se remontan a la historia y sus ramas se extienden a través de la eternidad. La historia familiar es la expresión extensiva del amor eterno; nace de la abnegación y provee la oportunidad de asegurarse para siempre una unidad familiar".
(Élder J. Richard Clarke, Liahona julio de 1989, pág.69)



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